Para experimentar desde otro punto de vista la vida, tenemos que observar lo que nos rodea, contemplarlo, experimentarlo, buscarlo y conectar nuestros sentidos; ellos las cinco puertas de entrada a nuestra farmacia interior; ellos nos activan y nos llevan a crear un espacio diferente, una relación entre nuestro interior y ese espacio exterior
Los órganos de los sentidos son las puertas a través de las cuales experimentamos el mundo. La composición de nuestra mente se crea a partir de nuestras percepciones sensoriales. La calidad de estas percepciones determina la calidad de nuestros pensamientos y sentimientos.
Sanar la mente: El olfato, la vista y el oído.
- Nuestro sistema olfativo nos conecta directamente con nuestras emociones, recuerdos e instintos. Podemos asociar una respuesta sanadora a la experiencia de un olor particular, a través de un proceso conocido como condicionamiento neuro-asociativo
- Las imágenes que percibimos tienen un profundo efecto en nuestro cuerpo, mente y emociones. Algunos patrones visuales, las formas primordiales, pueden aumentar la coherencia en nuestro cerebro, generando una influencia equilibrante y relajante.
- Sonidos hermosos pueden desencadenar la liberación de una cascada de sustancias placenteras que restauran la salud y plenitud de nuestro organismo.
Sanar el cuerpo: el tacto y el gusto. - Los masajes y caricias, recibidos de manera habitual, además de hacernos sentir bien, desintoxican los tejidos corporales, apaciguan la mente y mejoran la respuesta inmunitaria.
- Rasa, la palabra ayurvédica para el sabor, también significa emoción o estado de ánimo. Solamente cuando paladeamos los seis sabores nos sentimos plenamente satisfechos tras una comida. Asimismo, la realización en la vida se consigue explorando el rango completo de nuestras expresiones emocionales.
